Desvirgamiento de Richi
Publicado: Dom Dic 19, 2010 11:01 pm
Hoy he tenido el gran placer de hacer la primera rutilla, por llamarlo de alguna manera, con un motero que promete lo suyo, joe, ya lo creo que promete…
Ya perdonaréis por no haber avisado a tiempo, pero surgió ayer a última hora.
Bueno, mi querido Richi, que muchos ya conocéis de las concentras de Mendigorría, de Pinedo, de Tarazona y demás, desde hace unos pocos días, ya es motero. Su montura también conocida, la ex de Rufus, la Hyosung de 250. En fin, que todo queda en familia
Todo empezó ayer por la noche cuando me sonó el móvil:
- “Que quiero rular con mi tío”.
- Puessss... (joe, qué cuerpo tengo –ayer salí de cena-) claro hombre, como no (por un sobrino lo que haga falta y que me hacía mucha ilusión, qué coño).
- ¿Cómo quedamos, dónde vamos…?
- No sé, para ser tu primera salida supongo que una rutica corta, almuerzo y para casa, ¿no?
- Venga, a las 10 donde siempre, o sea, la Plaza Mozart.
Total que, después del café de rigor en los chinos, rumbo hacia no sé donde por la antigua carretera de Huesca. Llegamos a Leciñena desde San Mateo, ¿qué hacemos, paramos a almorzar o seguimos? le he preguntado vislumbrando su cara de felicidad y disfrute a través del casco. Pues casi que almorzamos, ha respondido. Así lo hemos hecho, subiendo al santuario, tras 40 km de ruta. Pocos sí, pero los primeros kilómetros que he hecho junto al flamante motero, rodando juntos, casi no me lo creo.

Después del copioso almuerzo, papas con mojo picón y huevos fritos, me dice el joven rider, tras haber pronunciado en numerosas ocasiones “guay, guay, esto está guay”, ¿tomamos un vermut para matar ya la mañana o qué? Y yo, pues vale. ¿Dónde vamos, vamos a casa del Pelos, total está a 4 km de aquí? Adelante.


A casa del Pelos, cafecico (claro después del almuerzo no apetece otra cosa) y, seguidamente, a uno de los bares del pueblo a tomar unas cervecitas y el correspondiente aperitivo.

Pelos: “Ya que estáis os podíais quedar a comer”. Pos venga, a comer. Vaya día de ruta, ya llevamos 44 km. Y así hasta las siete de la tarde en que hemos levantado los culos de la sobremesa para depositarlos nuevamente en los asientos fríos y helados de las burras y unos treinta km para volver a casa.

En fin, que lo de menos ha sido la ruta y los km, ha sido la satisfacción, por mi parte, de rodar con Richi en el comienzo de su larga andadura, aunque mucho me temo que pronto abandonará el “lado oscuro” y se convertirá en “multicolor”.
¡Bienvenido al mundo y enhorabuena, campeón!
Espero que nunca olvides tu primera ruta… gastronómica.

Ya perdonaréis por no haber avisado a tiempo, pero surgió ayer a última hora.
Bueno, mi querido Richi, que muchos ya conocéis de las concentras de Mendigorría, de Pinedo, de Tarazona y demás, desde hace unos pocos días, ya es motero. Su montura también conocida, la ex de Rufus, la Hyosung de 250. En fin, que todo queda en familia

Todo empezó ayer por la noche cuando me sonó el móvil:

- “Que quiero rular con mi tío”.
- Puessss... (joe, qué cuerpo tengo –ayer salí de cena-) claro hombre, como no (por un sobrino lo que haga falta y que me hacía mucha ilusión, qué coño).

- ¿Cómo quedamos, dónde vamos…?
- No sé, para ser tu primera salida supongo que una rutica corta, almuerzo y para casa, ¿no?
- Venga, a las 10 donde siempre, o sea, la Plaza Mozart.
Total que, después del café de rigor en los chinos, rumbo hacia no sé donde por la antigua carretera de Huesca. Llegamos a Leciñena desde San Mateo, ¿qué hacemos, paramos a almorzar o seguimos? le he preguntado vislumbrando su cara de felicidad y disfrute a través del casco. Pues casi que almorzamos, ha respondido. Así lo hemos hecho, subiendo al santuario, tras 40 km de ruta. Pocos sí, pero los primeros kilómetros que he hecho junto al flamante motero, rodando juntos, casi no me lo creo.

Después del copioso almuerzo, papas con mojo picón y huevos fritos, me dice el joven rider, tras haber pronunciado en numerosas ocasiones “guay, guay, esto está guay”, ¿tomamos un vermut para matar ya la mañana o qué? Y yo, pues vale. ¿Dónde vamos, vamos a casa del Pelos, total está a 4 km de aquí? Adelante.


A casa del Pelos, cafecico (claro después del almuerzo no apetece otra cosa) y, seguidamente, a uno de los bares del pueblo a tomar unas cervecitas y el correspondiente aperitivo.

Pelos: “Ya que estáis os podíais quedar a comer”. Pos venga, a comer. Vaya día de ruta, ya llevamos 44 km. Y así hasta las siete de la tarde en que hemos levantado los culos de la sobremesa para depositarlos nuevamente en los asientos fríos y helados de las burras y unos treinta km para volver a casa.

En fin, que lo de menos ha sido la ruta y los km, ha sido la satisfacción, por mi parte, de rodar con Richi en el comienzo de su larga andadura, aunque mucho me temo que pronto abandonará el “lado oscuro” y se convertirá en “multicolor”.

¡Bienvenido al mundo y enhorabuena, campeón!


Espero que nunca olvides tu primera ruta… gastronómica.