En el puesto número
17Neil YoungEs un músico y compositor canadiense, considerado ampliamente como uno de los más influyentes de su generación. Comenzó su carrera musical en Canadá en 1960 con grupos como
The Squires y
The Mynah Birds, antes de trasladarse en 1966 a California para fundar
Buffalo Springfield con
Stephen Stills y
Richie Furay.
En 1968, inició una carrera en solitario que abarca más de 45 años y 35 álbumes de estudio hasta la fecha, con una continua exploración de diferentes géneros musicales, especialmente durante la década de 1980, cuando experimentó con estilos como el swing, el blues y el rockabilly. Ingresó por partida doble, como artista en solitario y como miembro de
Buffalo Springfield, en el
Salón de la Fama del Rock and Roll, que lo describió como "uno de lo mejores compositores e intérpretes de rock and roll".
Neil Percival Young nació en el
Toronto General Hospital de Toronto el 12 de noviembre de 1945. Poco después de su nacimiento, la familia se trasladó a Omemme, una pequeña localidad de Ontario donde
Neil pasó su infancia. A los pocos años de vida se le diagnosticó diabetes, y en 1951 contrajo poliomielitis durante uno de los últimos brotes epidémicos de la enfermedad en Ontario.
Teniendo en cuenta de que en Wikipedia en español podéis leer una biografía suya muy extensa, he decidido aprovechar el post para poner otros datos.Sus años oscuros, por Enrique MartínezHace casi cuarenta años
Neil Young se adentró en un lugar en el que todos hemos estado alguna vez, y del que algunos nunca retornan. No es un espacio físico sino más bien un estado mental. Entre 1972 y 1975, cuando el mundo parecía abrírsele de piernas, se tuvo que enfrentar a la oscuridad, y plasmó su itinerario por el lado más siniestro de su existencia en una trilogía de L.Ps que han cimentado su leyenda de artista sin compromisos ajenos a su necesidad expresiva.
Otros artistas de renombre han explorado este lado de su naturaleza. Algunos no han querido volver allí (como
Van Morrison, que ha confesado que jamás hará otro "Astral Weeks"); otros sólo han podido habitar esas regiones de su alma, y sus biografías han quedado definitivamente marcadas por la tragedia. Pero pocos han logrado articular estas circunstancias en un discurso musical coherente de maneras tan divergentes y complementarias, sosteniéndolo por el periodo de tres obras consecutivas ("Time Fades Away" (1973), "On The Beach" (1974) y "Tonight´s The Night" (1975) ), y resultando tan sincero y esclarecedor en su expresión.
El propio
Young se ha encontrado con otros periodos difíciles, y su obra se ha manifestado en este sentido. Los años ochenta los vivió atravesando inmensas dificultades, que decidió afrontar por medio de la anestesia emocional, rebajando su producción a obras de baja calidad y a impostados ejercicios de estilo. En los noventa "Sleeps With Angels" (1994) no resulta una estancia tan prolongada por estos derroteros; más bien es un empático homenaje a un viajero que no retornó y que citó a
Young en su carta de despedida:
Kurt Cobain. Toda la carrera de
Young está repleta de canciones de profunda tristeza. Pero el trip que supone esta trilogía no se ha repetido.
En este caso el propio artista parece renegar de dos de las tres obras de este periodo: ni "Time Fades Away", ni "On The Beach" han sido reeditadas en CD de modo oficial. Preguntado al respecto,
Young se ha mostrado elusivo, sin aclarar si es que le resulta demasiado doloroso enfrentarse a una nueva audición, o si le parecen obras de bajo nivel (algo que fue percibido así por la crítica en su momento). Puede ser que no ocupen el lugar de indiscutibles obras maestras que nadie le niega a "Tonight´s The Night", pero atesoran muchos más méritos de lo que siempre se ha considerado.
Naturalmente el poder de fascinación de la producción discográfica de
Young en este periodo tiene que ver con una de las perversiones más ruines que tenemos los más apasionados aficionados al rock: si al gran público le chiflan los cadáveres exquisitos, los mártires, al buen gourmet le ponen los moribundos catatónicos, el artista al borde del abismo. Para nuestro disfrute de escasas horas de bizarra belleza, para encontrar solaz y acompañamiento en nuestras pequeñas crisis emocionales, nos valemos de sufrimiento real, y a ser posible permanente, de seres humanos de carne y hueso. No hay compasión con el auténtico doliente, ni tolerancia con el que percibimos como farsante. Señores, estamos de psiquiátrico.
Lo cierto es que existe un discurrir de acontecimientos que provocaron las emociones que inundan los discos de los que estamos hablando. En 1972 la vida de
Neil Young irradiaba un brillo de color rosa que era terriblemente engañoso: su disco "Harvest" (1972), apoyado en el single más vendido de toda su carrera "Heart Of Gold", lo situaban como el artista de mayor éxito de los U.S.A, una figura para todos los públicos. A
Young esta posición no le interesa: no quiere pagar el precio que sabe que se cobra un éxito de esta naturaleza. Esta resuelto a ponerse él mismo piedras en su camino al estrellato.
Tampoco la grabación de "Harvest" ha estado libre de dificultades: aquejado de una parálisis muscular parcial que le impide sostener una guitarra eléctrica, graba un disco con un sonido más blando de lo que pretendía. Finalmente se recupera de cara al final de la elaboración del LP, por lo que incluye "Words" y "Alabama", dos cortes de mayor contenido eléctrico.
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Pero una sombra, que posteriormente se tornaría inmensa, comienza a amenazar el entorno de
Young: la adicción a la heroína de
Danny Whitten, guitarrista original de los
Crazy Horse. Ya entonces son evidentes los estragos que la droga está produciendo en su amigo, y
Young los plasma en "The Needle And The Damage Done", incluida en una desnuda toma en directo en "Harvest".
El desarrollo de la gira de promoción del superventas resulta la antítesis de lo que cabría esperarse. Pese a que la audiencia responde llenando inmensos recintos hasta la bandera, la reacción anti-éxito del artista desconcierta al público: cantidades ingentes de nuevas y desconocidas canciones, conciertos repletos de electricidad salvaje, una plasmación musical de la tormenta interna que se sucede dentro del staff de la gira. La discográfica ha editado la banda sonora de la película "Journey Thru The Past": es una errática recopilación de material de toda la carrera precedente de Young para acompañar un extraño film biográfico.
Young no considera el disco apto para la publicación, pero
Reprise desoye su opinión: tanto la película como el disco son destrozados por la crítica.
Además la banda se rebela ante el éxito de "Harvest": pretenden más ingresos al estar acompañando a la máxima estrella del momento. Esto no es comprendido por
Young, sorprendido por la codicia de sus músicos. Pero el acontecimiento que más impacto tiene en
Young ya ha tenido lugar antes del comienzo de la gira.
Después de un intento de incluir a
Whitten en los
Sray Gators (la banda de acompañamiento para la gira), y ante la imposibilidad de extraer nada de valor del guitarrista por su deplorable estado físico y mental, es enviado de vuelta a Los Angeles con cincuenta dólares, que emplea en comprar la dosis de heroína que acaba con su vida. Por supuesto la noticia despierta en
Young un fuerte sentimiento de culpabilidad.
Los conciertos, para espanto de una audiencia que espera asistir a una amable sucesión de grandes éxitos, bellos e impolutos, se convierten en una catarsis para un cada vez más deprimido
Young. De hecho, su estado emocional resulta tan preocupante, que sus amigos
Graham Nash y
David Crosby deciden acudir al rescate, acompañándolo en las últimas fechas de la gira. En una decisión comercialmente suicida
Young decide publicar un disco en directo representativo del tour, consistente exclusivamente de inéditas en su versión más cruda.
Sin ningún retoque de estudio, sin alterar las deficiencias de ecualización o de interpretación, "Time Fades Away", es un disco árido y sin concesiones, incomprendido en su momento.
Young lo defiende en una entrevista de 1975: "Yo pensé que era válido. "Time Fades Away" fue un álbum muy nervioso. Y así era exactamente como estaba en aquella gira. Si alguna vez te sientas y escuchas todos mis discos, habrá un lugar para él. No cada vez que quieras disfrutar de música, pero si estás en un trip, es importante. Cada uno de mis discos es para mí como una autobiografía en curso. No puedo escribir el mismo libro cada vez. Algunos artistas pueden, pueden publicar tres, cuatro discos al año que suenan todos jodidamente igual. Eso es estupendo, alguien está intentando comunicarse con un montón de gente y darles el tipo de música que saben que quieren escuchar. No es mi rollo, mi rollo es expresar lo que está en mi mente. No espero que la gente escuche mi música todo el tiempo, a veces es demasiado intensa. Nadie esperaba "Time Fades Away" y no me arrepiento de haberlo publicado. No necesitaba el dinero, no necesitaba la fama".
Si bien como unidad "Time Fades Away" se sostiene muy precariamente, como repertorio es esencialmente brillante y sincero, consecuente con el momento vital de su autor. Hay varios discos de
Young con peores canciones y que parecen enmascarar más al hombre responsable de ellas.
Se abre con la homónima "Time Fades Away" que, tan urgente como indica su nombre, es un rock´n´roll acelerado al estilo del "Highway 61 Revisited" de
Dylan, con una letra muy sombría ("Catorce yonkis demasiado débiles para trabajar/ uno vende diamantes por lo que valen/ en la calle del dolor el desengaño acecha./ Hijo no llegues tarde a casa/ intenta volver a las ocho/ no esperes al anochecer/ porque sabes como se esfuma el tiempo"; en la última estrofa toda la letra coincide, a excepción del número de yonkis, que sintomáticamente se reduce a trece). Además la mezcla entierra a voces y guitarras por debajo del piano: un presagio de la crudeza del resto del disco.
Tanto la delicada pieza de piano "Journey Through The Past" como el eléctrico medio tiempo "Don´t Be Denied" son piezas autobiográficas, que frente a "Helpless" (incluida en el "Deja Vu" de
CSN&Y) transmiten más amargura que nostalgia.
Las otras dos baladas del disco tienen cargas de profundidad en sus letras. En "Love In Mind" no termina de encontrar su lugar dentro de las normas sociales. En "The Bridge", intenta reconstruir el puente que le une a su amante, derruido por demasiadas mentiras, aunque es consciente de que la reconstrucción puede tardar mucho.
Los otros tres cortes eléctricos son progresivamente apocalípticos, pues si en "Yonder Stands The Sinner" y "L.A" ("Cuando las autopistas se atasquen/ y las montañas entren en erupción, y el valle sea tragado por las grietas del suelo/ ¿Seré finalmente escuchado por ti?."),
Young suena como un poseso, en "Last Dance" su intensidad resulta tan brutal que sus acompañantes parecen por momentos incapaces de seguirlo. Es una canción que niega la posibilidad de alcanzar la felicidad llevando una vida convencional, pero sin transmitir en ningún momento la sensación de que la otra opción lleve a ninguna parte. El estallido final de
Young, la tormenta eléctrica que desata, acompañada de una maníaca interpretación vocal, asusta. Su salud mental está claramente paseándose por el alambre, sin red.
Para paliar sus problemas se sumerge en un baño de tequila, acompañada de cantidades ingentes de hierba. De él emerge para recibir otra trágica noticia:
Bruce Berry, roadie habitual de
Stephen Stills y Young, y muy apreciado por todos, también ha fallecido a causa de una sobredosis.
Estos problemas hacen que se sienta incapaz de participar en la reunión con
Crosby, Stills & Nash que se está fraguando. Decide abortarla y reclutar a los dos miembros supervivientes de los
Crazy Horse: el bajista
Billy Talbott y el batería
Ralph Molina. También llama a
Ben Keith para que se encargue de la steel guitar y a otro habitual,
Nils Lofgren a la guitarra. Se encierran en un local de ensayo de los
LA Studio Rentals, propiedad del hermano de
Bruce Berry, y en un estado de ebriedad absoluta conjuran los fantasmas que atormentan a
Neil, pero también a ellos: la pérdida de sus amigos
Whitten y
Berry.
En palabras de
Young: "Tonight´s Is The Night" es una carta de sobredosis. Todo trata de vida, droga y muerte. Cuando nosotros tocamos esa música estábamos todos pensando en
Danny Whitten y
Bruce Berry, dos miembros de nuestra unidad perdidos por sobredosis de caballo. Las sesiones fueron la primera vez que los restos de
Crazy Horse se juntaban desde la muerte de
Danny. Teníamos que conseguir entre todos la fuerza para llenar el vacío que él dejó. El otro fallecido,
Bruce Berry, fue roadie de
CSNY por mucho tiempo. Su hermano
Ken lleva
Studio Instrumental Rentals, donde grabamos el disco. Así que había un montón de vibraciones entre nosotros. Había mucho espíritu en la música que grabábamos. Es divertido, recuerdo toda la experiencia en blanco y negro. Íbamos a los estudios a las cinco de la tarde y empezábamos a colocarnos, bebiendo tequila y jugando al billar. A medianoche, empezábamos a tocar. Y tocábamos por
Bruce y
Danny en su camino a través de la noche. No soy un yonki, y ni siquiera voy a intentar comprobar como es… pero nos colocábamos, justo en el límite donde nos sentíamos los suficientemente abiertos al ambiente. Era espectral. Probablemente sienta más este álbum más que cualquier cosa que haya hecho nunca".
En tan sólo dos noches registran en directo nueve de las canciones de "Tonight´s The Night". El concepto vuelve a ser el mismo que en "Time Fades Away", registrar en crudo la emoción del momento, sin pulir las aristas. El disco no sólo es un relato personal sobre las experiencias fatales de sus dos amigos con las drogas, sino también una reflexión más genérica sobre la cultura de la droga que los confusos años sesenta habían terminado por producir. El tránsito de la hierba y el ácido a la heroína se estaba cobrando víctimas, y
Young (que debido a sus problemas de epilepsia se había mostrado muy cauteloso con respecto a las drogas duras) está asistiendo al deterioro de amigos como
David Crosby, e incluso a la muerte de otros.
Cuando
Reprise recibe el disco, tal y como lo había programado
Young (conteniendo incluso las incongruentes charlas de los músicos entre canción y canción), se niega a publicarlo. Pero éste se decide a presentarlo en directo, en una serie de conciertos, que son recordados por la gente que asistió a ellos como los más extraños que jamás hayan visto. Un
Young ataviado de blanco, con el pelo largo y grasiento, barbado, portando unas inescrutables gafas de sol, aparecía sobre un escenario decorado con una palmera de plástico y una bombilla que se encendía una vez
Neil se presentaba pronunciando la frase "sean bienvenidos a Miami Beach, aquí todo es más barato de lo que parece" y solicitaba un poco de "sol", informando después que esa noche "no van a reparar en gastos". Y ante una estupefacta congregación los músicos interpretaban entero y sin descanso el disco pendiente de publicación. Sólo en los bises la audiencia recibía una pequeña dosis de material conocido, eso sí, interpretado por un
Neil ebriamente desafinado.
Al retornar de la polémica gira
Young comienza la grabación de un nuevo disco de estudio, más convencional y elaborado que el frustrado "Tonight´s The Night", aunque rescate dos temas de las sesiones de los
Studio Rentals ("Walk On" y "For The Turnstiles"). El no grabar el disco con los paralizados
Crazy Horse y la aparición de inhabituales colaboradores (
Rusty Kershaw,
Joe Yankee,
George Whitsell, los productores
Mark Harman y
Al Schmitt) hacen de "On The Beach" una de las obras menos características de la carrera de
Young en lo relativo al sonido. No aparece ninguno de los típicos registros de
Young: ni la electricidad desbocada de los
Crazy Horse, ni las tonadas al piano (la canción que más se aproxima a este registro, "See The Sky About To Rain" es subvertida al ser interpretada con un piano eléctrico), ni los cortes acústicos se acercan a su faceta country (en "For The Turnstiles" figuran en un sorprendente primer plano el dobro y el banjo en contraposición a la ausencia de la guitarra acústica). El propio
Young canta algunos temas con un registro más grave de lo habitual.
Pero esto también aumenta la personalidad del disco. El inconfundible palpitar de la sección rítmica de
The Band (
Rick Danko al bajo y
Levon Helm a la batería) hace de "Revolution Blues" uno de las canciones más dinámicas del repertorio de
Young. La hiriente belleza del fiddle de
Kershaw en "Ambulance Blues" recalca las cualidades evocadoras de la melodía. Y la utilización de las estructuras más ortodoxas del blues en varios cortes es una rareza muy ajustada al contenido lírico del L.P.
Para
Young este es el disco más deprimente de su carrera, pero a uno no se le antoja tan desolado como "Tonight´s The Night". La portada nos muestra la ambivalencia de una obra cargada con humor sardónico y mala leche.
Young está en una playa, al borde del mar, vestido pero descalzo y de espaldas a la cámara. Pero no es el típico día de playa: el cielo está muy nublado, resulta muy evidente el fuerte viento que hace y la playa está adornada con objetos sin sentido (un fragmento de uno de esos estrafalarios pero clásicos coches americanos, un periódico y un árbol en una maceta).
En este disco
Young se ríe mucho, pero con una risa nerviosa, con el sarcasmo del que utiliza la estupidez de los demás para reforzar su autoestima. "On The Beach" está repleto de observaciones y críticas a diversos colectivos y personajes, que
Young emplea para darse cuenta de que, aunque su vida sea un desastre absoluto, la de los demás tampoco le convence para nada, lo cual le está ayudando a abandonar el agujero en el que se encuentra. Se puede decir más alto, pero no más claro: "Toda esa gente, se cree que lo ha conseguido/ Pero yo no compraría, vendería prestaría o cambiaría/ nada de lo que tengo para ser como uno de ellos/ Prefiero comenzar de nuevo" ("Motion Pictures").
No es sólo en la utilización continuada del sarcasmo como medio expresivo, sino que este
Young generacionalmente desconectado, sentimentalmente herido y anímicamente hundido está más en sintonía que nunca con
Bob Dylan, con el de "Blood On The Tracks" (1975). Tal vez haya sido éste el momento de mayor convergencia de sus carreras.
Uno de los motores del descontento de
Young es la industria discográfica de la que se encuentra muy harto después de los últimos acontecimiento. De este modo las letras se inundan de referencias a la industria y sus protagonistas. En "See The Sky About To Rain" ("Estaba en Dixie Land, tocando un violín plateado/ lo tocaba ruidosamente y entonces el hombre lo partió por la mitad") y en "For The Turnstiles" ("Todos los marineros con sus novias mareadas/ escuchan las sirenas en la orilla/ cantando canciones para chulos con traje/ que cobran diez dólares en la puerta") son los mercaderes discográficos los que reciben las andanadas). Pero hay para todos los eslabones de la cadena: "Vosotros los críticos os podéis sentar/ no sois mejores que yo por lo que habéis demostrado" ("Ambulance Blues"); "Fui a la entrevista en la radio y terminé sólo ante el micrófono" ("On The Beach").
El álbum se abre con un ajuste de cuentas generacional, "Walk On", en le que denuncia la inmadurez de sus colegas ante las sombras (como las muertes de
Whitten y
Berry) que sus modos de vida comienzan a proyectar: "Nena es difícil cambiar/ no les puedo decir como deben sentir/ Algunos se colocan, otros se vuelven extraños/ pero más pronto o más tarde todo se vuelve real/ Sigue caminando, sigue caminando". "See The Sky About To Rain" nos habla de lo impredecible e inevitable del destino ("Algunos están destinados a la felicidad, otros a la gloria/ Algunos están destinados a vivir con menos, ¿quién puede saber tu historia?"). "Revolution Blues" se ríe de las violentas y fanáticas sectas contraculturales como la de
Charles Manson, aunque por momentos no sabes hasta que punto simpatiza con alguno de sus planes ("He oído que Laurel Canyon está repleto de estrellas famosas/ pero las odio más que a los leprosos y las mataré en sus coches"). Y es que en "For The Turnstiles" aparece realmente amargado con los juegos de la fama ("De verdad que puedes aprender mucho de ese modo/ te cambiará en mitad del día/ aunque tu confianza se resquebraje/ no importa."). Y en "Vampire Blues"transmite auténtico odio hacia los ricos petroleros ("Soy un vampiro, chupando vida de la tierra (bis)/ soy un vampiro y te vendo veinte barriles"). No parece que la perspectiva de asesinar a algunos ricos y famosos resulte tan extravagante para el amargado
Young de esta etapa.
No va a ser ésta la primera vez que se diga que lo mejor de "On The Beach" se encuentra en su espléndida y sentida segunda cara, la tripleta formada por la intensa "On The Beach", la delicada "Motion Pictures" y la titánica "Ambulance Blues". "On The Beach" es un blues de académico y largo desarrollo, de marcado acento confesional, quizá la canción más introspectiva del disco: frases como "El mundo gira, espero que no descarrile (bis)/ todas las fotografías se caen de la pared en la que las puse ayer […]/ Necesito una multitud, pero no la puedo enfrentar todos los días (bis)/ Aunque mis problemas sean insignificantes, eso no los hace desaparecer" o "Seguiré la carretera aunque no sé adonde lleva", suenan terriblemente sinceras.
"Motion Pictures" está dedicada a su novia, la actriz
Carrie Snodgrass. En ella reconoce su aislamiento, su ensimismamiento, pero de un modo parecido a en "The Bridge", se compromete a restablecer el contacto: " Todos esos titulares, ya tan sólo me aburren/ Estoy muy dentro de mí mismo, pero saldré de algún modo/ Y estaré delante de ti, y traeré una sonrisa a tus ojos".
"Ambulance Blues" se prolonga por espacio de casi nueve minutos. Es una confusa narración en desnudo formato acústico que remite a "The Last Trip To Tulsa", de su primer disco en solitario. En ella, y a modo de destilación de las esencias del álbum, reparte a diestro y siniestro, a la vez que se deja invadir por la nostalgia. Por ejemplo
Richard Nixon sale mal parado: "Nunca supe que un hombre pudiese contar tantas mentiras/ Tenía una historia distinta para cada par de ojos". Pero el que más recibe es él mismo. "Es difícil saber el sentido de esta canción/[…] Es fácil quedar enterrado en el pasado/ cuando intentas hacer durar algo bueno", y la línea definitiva del disco: "No hay nada como un amigo/ para decirte cuando estás meando contra el viento".
Por extraño que parezca, una vez publicado "On The Beach" en 1974, se embarca en el barco de los sospechosos marineros de "For The Turnstiles": una nueva gira de
Crosby, Stills & Nash. Pero la convivencia es tan mala que
Young viaja de un concierto a otro separado de la faraónica corte que acompañaba a sus colegas. Cuando la gira termina,
Young parece haberse olvidado que tiene algo pendiente, pero no tardaría en darse cuenta de que una cierta tarea que había iniciado permanece incompleta.
Es la publicación final de "Tonight´s The Night", que se fragua después de que
Young invite a unos amigos a oír las mezclas finales de un nuevo (y definitivamente inédito) LP, "Homegrown". Cuando finaliza la cinta en la que éste está contenido, se puede escuchar una nueva versión del álbum proscrito, con un orden distinto en las canciones y con el añadido de tres temas nuevos, seleccionados por su proximidad al tono de las sesiones.
Todos los músicos presentes, que desconocían "Tonight´s The Night", le indican a
Young que es mucho mejor disco que el nuevo, y
Rick Danko le reta a conseguir que
Reprise se lo publique. El periodista
Allen Jones ha apuntado que es probable que
Young se viese obligado por su conciencia a hacer público el contenido del disco como respuesta al asco que sintió durante la gira con
Crosby, Stills y Nash, por los excesos típicos de los años setenta y propios de las decadentes rock-stars en que se habían convertido sus antiguamente idealistas amigos (ridículos lujos, drogas duras, groupies, servilismo generalizado hacia ellos, etc.). Lo cierto es que planta sus galones en
Reprise y consigue por fin la aparición del disco. Puede ser que ayudase el hecho de que ese mismo año
Young entrega "Zuma", un LP de contenido mucho más heterogéneo y vitalista, aunque también colocado entre lo más selecto de su producción.
Cuando "Tonight´s The Night" llega a manos del público, todo está preparado para que no se lleve a engaño: la carpeta, en un lúgubre blanco y negro, contiene una foto del grupo tocando, con los nombres de cada músico impresos a sus pies. El nombre de
Whitten aparece, pero no su imagen: es su fantasma el que puebla el disco. Dentro figura una dedicatoria a
Whitten y
Berry, "que murieron por el espíritu del rock n' roll".
El contenido resulta tan oscuro, o más, que el envoltorio. Denso y claustrofóbico, la sensación que transmite es la de tristeza y desesperanza sin remedio. Este disco no plantea las soluciones, tan sólo muestra la magnitud del problema. En contexto con los otros dos discos de la trilogía, y a la vista del desarrollo posterior de la vida de
Young, sabemos que lo relatado en este álbum es una fase de la vida de
Neil Young. Al contacto único con "Tonight´s The Night", cuesta creer que el autor de este peligroso artefacto, capaz de arrastrarte en un mal día al agujero en el que fue creado, haya sido capaz de continuar con su vida de modo normal.
El tono del disco se construye sobre tres elementos: el primero es la voz de
Young, que desafina y se rompe continuamente, pero que permanece embargada por la emoción a lo largo del disco. También destacan las típicas armonías vocales, más imperfectas que en ninguna de sus obras, pero que revelan el compromiso absoluto de los músicos con las canciones de
Neil, que a fin de cuentas hablan de los que también eran amigos suyos. Y por último, la steel guitar, ese peculiar instrumento de origen hawaiano, que sorprendentemente ha unido su destino al de la música country, y que en unas manos expertas como las de
Ben Keith, resuena envolvente y quejumbroso como un lamento surgido de lo más profundo, a lo largo de todo el álbum.
Es la homónima "Tonight´s The Night"" la canción que abre y cierra el LP, en dos versiones diferentes. Es un estremecido homenaje a la figura de
Bruce Berry un hombre trabajador que "tarde en la noche/ cuando la gente se había ido/ cogía mi guitarra/ y cantaba una canción con su voz temblorosa/ que era tan real como largo es el día". Es por eso que "[…] sentí un escalofrío por mi espalda/ cuando cogí el teléfono/ y oí que había muerto/ de un pinchazo en la vena". Hasta
Dave Marsh, habitualmente el crítico más duro con
Neil Young, reconoce que estos fragmentos le estremecen aún veinte años después de su primera audición.
El substrato elemental del disco se compone de una extraña mutación del blues y de una minimalista recreación del sonido habitual de los discos de
Young. La intensidad es progresiva, tanto de la música como de las letras. El
Neil de "Speakin´ Out", el segundo corte, intenta reírse y no puede. Para el cuarto tema ("Borrowed Tune"), se ve forzado a robarle a los R
olling Stones la melodía de "Lady Jane" para escribir una canción que duda que le importe a alguien.
La inclusión de "Come On Baby, Let´s Go Downtown", un corte cantado por
Whitten en una toma en directo, se debe a lo premonitorio de su letra ("Seguro que estarán vendiendo mierda cuando la luna comienza a levantarse/ Es chungo cuando trapicheas con el tipo/ y la luz brilla en tus ojos"). Después de solicitar el alivio de su amante en una de las mejores baladas de su carrera ("Mellow My Mind") decide utilizar la carretera como escape ("Roll Another Number", en la cual afirma su definitiva desconexión del hippismo de altostanding: "No creo que vuelva a Woodstock en una temporada"), para, partiendo de "Alburquerque" dirigirse a México, donde los rockeros de fama (como
Dylan) se refugiaban en anonimato y tequila ("[…] y he estado muriéndome de ganas de estar sólo").
Después de considerar en "New Mama" ficticia su felicidad de padre en un mundo cuya virulenta realidad garantiza sufrimiento a su recién nacido hijo, y de afirmar en "Lookout Joe" (junto con"Borrowed...", la otra canción de estudio no perteneciente a las etílicas sesiones) que los buenos tiempos son aquellos que ya pasaron, en la definitiva "Tired Eyes" relata un asesinato múltiple producido durante un negocio de drogas, y continuamente le solicita a aquellos deseosos de prejuzgar a sus amigos con severidad y desprecio que "por favor, escuchad mi consejo/ abrid los ojos cansados". El retorno de "Tonight´s The Night"", en una toma aún más cruda y emocionante, sirve de cierre a cuarenticinco minutos de una intensidad brutal y desoladora.
Cuando público y crítica acceden por fin a esta extraña obra maestra y a un
Young más comunicativo, que ofrece entrevistas en las que explica el proceso creativo de este disco y las circunstancias de los últimos años, se muestran mayoritariamente satisfechos, y comienza la rehabilitación, a partir de un mejor entendimiento de su naturaleza, de los dos anteriores LPs. Pero el impacto de "Tonight´s The Night"" y sus hermanos es aún mayor a largo plazo: poco a poco el grado de comprensión de esta trilogía se multiplica. Un análisis desde la perspectiva que da el tiempo transcurrido aumenta las posibilidades de encuadrarlo de modo ajustado dentro de la discografía de
Neil Young. También se puede comprobar que el fenómeno de su progresivo crecimiento en el aprecio de la crítica es paralelo al que se produce en el oyente individual, pues estos tres discos son lo que se conoce en inglés por grower, discos que crecen con las escuchas, que se te adhieren poco a poco, que se van abriendo camino paulatinamente a través de ti, hasta encontrar su hueco, anidar en tu interior, y así transformarse en un recurso infalible para acompañar ciertos momentos.
Obras extrañas en su concepción y resultados, marcadas indeleblemente por las circunstancias en que fueron creadas, hoy por hoy resultan esenciales. No sólo para reconstruir y comprender la trayectoria del autor, sino para disfrutar de algo terriblemente escaso: música realmente sincera, prácticamente inalterada en el siempre largo trayecto que va desde sus motivos de inspiración al contacto con el oyente. No es fácil encontrar discos de esta naturaleza. Es por ello que conviene atesorar y conocer aquellos a los que nos es permitido el acceso.
Neil Young directorBajo el seudónimo
Bernard Shakey,
Neil Young ya ha dirigido varios largometrajes que capturan contados momentos de su rica trayectoria musical. Si unos gustan del café, copa y puro, en 1979
Young luchaba contra el óxido que atacaba a los viejos rockeros de los años sesenta editando disco, doble álbum en directo y película documental del concierto "Rust Never Sleeps" (El óxido nunca duerme), en la que demostraba dotes de buen artesano filmando a su banda
Crazy Horse sobre un escenario de enormes dimensiones, micrófono y amplificadores gigantescos incluidos, mientras unos hombrecillos encapuchados, que bien parecen haber sido sacados de "La Guerra de las Galaxias", pululaban de aquí para allá.
No fue su primera ni última película. Ya en 1973, después del éxito en aumento de sus primeros discos en solitario y su culminación en 1972 con el disco "Harvest",
Young rodó el documental "Journey Through The Past", retrato de sus años mozos como estrella de rock y miembro integrante de los descafeinados
Buffalo Springfield hasta el entonces presente, que hoy día es pasado, año de 1972; incluyendo tomas con su otro grupo, los anacrónicos
Crosby, Stills, Nash & Young.
De ese mismo documental, publicó una banda sonora que, a diferencia de lo que acostumbra ser habitual, no incluye las tomas de estudio de las canciones, sino que éstas suenan tal cual lo hacen en la película, con ruido de fondo y diálogos, lo que supuso un suicidio discográfico que posteriormente
Young explicaría en las notas del disco recopilatorio "Decade", en concreto en las del sencillo de éxito "Heart of Gold": “Esta canción me puso en medio del camino. Viajar por allí pronto se hizo aburrido así que puse rumbo a la cuneta. El viaje por allí era más duro, pero conocí gente más interesante”.
1982 fue el año de "Human Highway", disparatada película hizo perder dinero al propio Neil Young, que en 1991 revisaba aquello del óxido, para comprobar que en efecto nunca descansa, desentumeciendo los músculos, de nuevo junto a
Crazy Horse, en "Weld", disco y película sacados ambos de un par de conciertos de una misma gira. Notable el esfuerzo de
Young en la película por hacer protagonista del concierto al público y no a la banda.
En 2003 apareció "Greendale", adaptación del álbum del mismo nombre, que sigue las vidas de los miembros de una familia de pueblo, y en 2008 la que es hasta el momento su última obra, "CSNY Déjà Vu". "Déja Vu" es el documental de la gira de reunión de
Crosby, Stills, Nash & Young, formación liderada esta vez por
Young, que utiliza el icono hippie para combatir la política del entonces presidente de los Estados Unidos,
George W. Bush.
Young consigue retratar con maestría la ideología sectaria de buena parte de su propia audiencia, que no duda en renegar e insultar al músico mientras éste expresa su mensaje en directo, un mensaje que va más allá de los colores de tus ojos o de un mundo extraño de ilusión. En particular es destacable la secuencia de un concierto de la gira celebrado en Atlanta, ciudad sureña, que narra una de las interpretaciones de la polémica "Let’s Impeach The President" (Impugnemos al Presidente), tonada inspirada por la entonces reciente invasión de Iraq:
"Impugnemos al Presidente por mentiroso/Por meter a nuestro país en una guerra con mentiras/Abusando del poder que le dimos/Haciendo pasar todo nuestro dinero bajo cuerda".
Parece como si siempre nos fuera a quedar el viejo Neil, y no sólo por sus discos.
Neil y Jonathan DemmeEn la primavera de 2005 a
Young se le diagnosticó un aneurisma cerebral potencialmente fatal. Fijada una fecha para la intervención quirúrgica,
Neil se sentó a escribir galvanizado por la situación. En unas pocas semanas escribió y empezó a grabar el álbum "Prairie Wind", uno de los títulos más sentidos y personales de su carrera. "Prairie Wind" habla de la pérdida de los seres queridos y de la inspiración que se encuentra en los sucesos de la vida cotidiana.
Young siguió grabando el disco hasta la misma víspera de su operación: "El álbum es un reflejo natural de lo que pasaba por mi cabeza durante ese período, un período de reflexión. La familia. La historia. La condición del alma. Contar historias es algo natural para mí. Contar historias es una tradición muy vieja, más antigua que la Biblia. Para mí es una forma de vida".
La operación se saldó con éxito y el disco se publicó recibiendo críticas entusiastas.
Robert Hilburn escribió en
Los Angeles Times: "
Neil Young es el compositor que expresa con mayor elocuencia los vínculos esenciales que nos unen a todos".
Durante ese mismo período el director
Jonathan Demme también estaba atravesando un momento de cambio en su carrera. Tras el éxito de crítica y público de "El Mensajero del Miedo" había decidido tomarse un año sabático. Concluido éste,
Demme llamó a su viejo amigo
Young para ver si estaba interesado en colaborar en algún proyecto cinematográfico. Ya habían trabajado juntos en el pasado. En 1993
Young aportó a la banda sonora de la película "Philadelphia" la canción homónima, que fue nominada para un
Oscar. Un año después
Demme filmó a
Young y su grupo
Crazy Horse en el proceso de grabación de cuatro canciones del disco "Sleeps With Angels"; el film resultante se tituló "The Complex Sessions".
Dice
Demme: "
Neil Young es un mago, hace magia sobre un escenario. Es un artista-poeta-trovador al modo antiguo que responde creativamente a la vida que ve en su torno. La música de "Prairie Wind" habla de cuestiones emocionales, sociales y vitales de una forma que a mí me resulta cargada de sentido".
Dice
Young: "La sensibilidad musical de
Jonathan es bien conocida y se ve reflejada en muchas de sus películas, desde la que hizo con los
Talking Heads ("Stop Making Sense") hasta la banda sonora de sus largometrajes. Es alguien que sabe trabajar muy bien con músicos".
Demme y
Young concibieron un "concierto de ensueño", no sólo en el sentido de que representara una culminación de la extraordinaria carrera del músico sino en el sentido de que supusiera literalmente la representación de un sueño. El concierto debía evocar la riqueza y complejidad de la visión del mundo de
Young. La escenificación integra imagen y música apoyándose en personajes, instrumentos, visiones, tonos, colores y luces combinados con música, voces y silencios en un conjunto orgánico que desafía todo intento de ser etiquetado.
Fiel a este concepto de “experiencia onírica”,
Demme nunca muestra imágenes del público o del exterior del
Auditorium; nada interrumpe la experiencia privada de la música de
Young.
Demme colocó en el escenario ocho cámaras y una
Steadycam. Desde un principio el director decidió no utilizar movimientos de cámara, prefiriendo que sus cámaras fijas estuvieran en una posición que le permitiera captar la interacción entre
Young y los demás músicos.
Demme comenta: "Se abre el telón y aparece un hombre. Es nuestro guía. No nos cuenta ninguna historia concreta sino que nos guía en lo que viene a ser un trayecto emocional muy real y profundamente sentido".
Young añade: "El espectador es una especie de fantasma capaz de flotar alrededor, por encima y por detrás del escenario; puede ver cosas que un espectador normal no vería nunca".
Dice
Demme de su vieja amiga y colaboradora, la directora de fotografía
Ellen Kuras: "
Ellen tiene un enfoque puramente emocional respecto al tipo de color que debe acompañar a cada canción. Hace que cada tema que se oye tenga un distinto concepto visual y un color específico. Los colores que se ven en esta película no existen en ninguna otra, no se encuentran ni en una caja de
Crayola".
Otro elemento clave de la atmósfera onírica de la película es el vestuario creado por el legendario diseñador de Nashville,
Manuel, quien creó atuendos únicos para todas las personas que se ven sobre el escenario y hasta para los miembros del equipo técnico de
Young.
Manuel concibió un vestuario que es a la vez de "época" e intemporal y que contribuye al aspecto a la vez sobrenatural y artesano de la película.
El diseñador gráfico y escenográfico
Michael Zansky creó en colaboración con
Demme los telones de fondo de "Prairie Wind", inspirándose tanto en las canciones del disco como en la tradición del
Grand Ole Opry de colocar a los artistas en el escenario dentro de un contexto visual específico.
Zansky creó los fondos en un enorme salón del campus de
SUNY Purchase, en Nueva York, y luego les dio los últimos retoques en el mismo escenario del
Ryman Auditorium.
Demme concluye: "Neil Young: Heart of Gold" ha representado una experiencia muy pura, es lo más puro que el cine puede llegar a ser para mí. Se estaba interpretando una música sensacional y el reto para nosotros consistía en encontrar la mejor forma de representarla”.
Para
Neil Young tocar en un escenario significa hacer música con los amigos y la familia. La música es el trabajo creativo de una comunidad de músicos, cada uno con un rol tan claro como si fuera un personaje de película. Su mujer
Pegi canta y toca la guitarra con su grupo; tenerla junto a él en escena es un detalle especial que da mayor resonancia a los temas interpretados.
Young es siempre el protagonista central de sus canciones, pero la elección de colaboradores como
Emmylou Harris y otros compinches de toda la vida parece formar parte de cada canción tanto como las propias letras.
En esta ocasión
Neil Young está acompañado por el teclista
Spooner Oldham, el intérprete de guitarra steel a pedal
Ben Keith, los baterías
Chad Cromwell y
Karl Himmel, el bajista
Rick Rosas, el guitarrista
Grant Boatwright, el violinista
Clinton Gregory,
Tom McGinley y
Jimmy Sharp a los vientos, y las voces de
Diana De Witt,
Gary Pigg y
Anthony Crawford. Luego están los invitados especiales de
Young:
Wayne Jackson de los
Memphis Horns, los J
ubilee Singers de la universidad de Fisk y la orquesta de doce músicos
The Nashville String Machine (que cuenta con doce violines
Stradivarius). Todos ellos llevan años tocando con
Young, algunos desde hace más de 30 años, desde la época de las sesiones del álbum "Harvest". Así es como
Young crea un aire de intimidad familiar sobre el escenario, algo necesario a la hora de trabajar con individualidades creativas. Dice
Young: "Esta gente no se limita a reproducir algo, son creativos. Son incapaces de tocar lo mismo una y otra vez. El reto para mí consiste en darles espacio para que sean creativos. Y el reto para ellos consiste en tocar la canción de forma que evoque el arreglo con el que se escuchaba en el disco original".
La realización de
Demme enfoca el trabajo de cada músico individual dentro de la composición general del grupo y observa cómo los distintos músicos cambian de un instrumento a otro en el curso del concierto. Esta dinámica pone en primer término el propio acto creativo y subraya el proceso de construcción de cada canción: el cuidado, la precisión y la habilidad musical necesarios para encontrar la interpretación adecuada.
Young permanece en el centro del escenario con un instrumento que "no le pertenece sino que sólo lo tiene para tocarlo un rato", por usar sus propias palabras. Esa vieja y gastada guitarra perteneció a
Hank Williams, lo que para
Young tiene un significado emotivo y profundo.
En los años 70
Young quería comprar una auténtica guitarra
Martin y llamó a su amigo
Grant Boatwright, que coleccionaba dicho modelo. No muy seguro del sonido exacto que andaba buscando
Young,
Boatwright le indicó varias tiendas de música de la zona de Nashville, diciéndole que probara distintos instrumentos y le dijera luego cuál le gustaba más. Además, le prestó -por una noche- su guitarra
OM Martin de 1933 que había sido propiedad de
Johnny Cash. Esa misma noche
Young escribió el hoy clásico tema "Field of Opportunity", que aparece en el álbum "Comes A Time".
Boatwright quedó impresionado. Sabiendo ahora lo que estaba buscando
Young, le llevó a visitar a
Tut Taylor, con el que era co-propietario del
Old Time Picking Parlor, de Nashville.
Taylor les mostró una
Martin D28 Herringbone de 1941; estaba perceptiblemente estropeada pero seguía sonando tan magníficamente como siempre. "Esta es la que quiero", comentó
Young. Y entonces
Boatwright le hizo la revelación final: esa guitarra había sido propiedad de
Hank Williams. Los desperfectos que tenía podían apreciarse en varias viejas fotos de
Williams tocándola.
Young la compró en el acto. No necesitaba reparación alguna, "sólo hacía falta ponerse a tocarla", recuerda
Boatwright.
Young bautizó a la guitarra con el nombre de "Hank". Al preparar los conciertos que serían filmados para "Neil Young: Heart of Gold",
Young observó que iba a ser la primera vez que "Hank" sonara en el
Ryman Auditorium desde que
Hank Williams actuara en el
Grand Ole Opry muchos años antes.
Young escribió incluso una canción sobre su relación con esta guitarra.
Durante la actuación
Young comenta que tocar en el escenario del
Ryman es como tocar dentro de una guitarra. También ha comparado el auditorio con “una iglesia, una iglesia de la música”.
Sede del
Grand Ole Opry durante más de 30 años, el auditorio de Nashville empezó siendo el
Union Gospel Tabernacle. Fue construido por un juerguista capitán de barco fluvial que había venido en 1885 para alborotar y mofarse de los servicios religiosos que oficiaba en el centro de Nashville el reverendo
Sam Jones. Pero la visita se saldó con una completa conversión y el capitán
Ryman comenzó a financiar su edificación en 1889. A su muerte, el
Union Gospel Tabernacle pasó a llamarse
Ryman Auditorium por sugerencia del propio reverendo
Jones.
Considerada una de las mejores salas de conciertos del Sur, el auditorio tiene una acústica casi perfecta y es utilizado por numerosos artistas. Sigue siendo también el templo de la música country; su veterano escenario tiene históricas "huellas de pisadas" de todas las estrellas de la música country desde los años 40 hasta los años 70.
Young observa que cerca del
Ryman están construyendo un rascacielos que bloqueará la luz del sol que antes se filtraba a través de las famosas vidrieras del auditorio: "el lugar está literalmente cambiando ante nuestros ojos". El cambio está en la naturaleza de las cosas pero Young no puede evitar preguntarse si dentro de algunos años la gente recordará cómo era el mundo actual.
En "Neil Young Trunk Show: Scenes from a Concert" (2009),
Young, acompañado por un quinteto que también lo apoyó en "Heart of Gold", en vez de su tradicional banda, combina temas acústicos y electrónicos donde se destacan éxitos de su catálogo clásico y otros temas más recientes. Temas como "Cinnamon Girl", "Old Man", "Like a Hurricane" y "Oh Lonesome Me" son presentados sin cortes, ofreciendo extensas tomas de
Young acostado sobre su clásica guitarra acústica "Hank" o tocando con "Old Black", su guitarra eléctrica
Gibson.
Si bien este documental de
Demme puede que no exprese totalmente el punto mas sublime de la carrera de
Young, el director ofrece otra contribución valiosa a la extensa obra del artista. Recordemos que el músico ya había sido protagonista de en otro documental con otro director famoso detrás: "Year Of The Horse", estrenado en 1997, donde el cineasta
Jim Jarmusch registró una gira de
Young junto a su banda de siempre,
Crazy Horse.
En 2011
Demme vuelve a centrar su trabajo en la figura de
Young en "Neil Young Journeys", una producción que formó parte de la selección oficial del
Festival de Cine de Toronto y del
Festival de Cine de Los Ángeles.
El documental lleva al espectador a mayo de 2011, una fecha en la que el músico viajó en un
Crown Victoria de 1956, el mítico coche, desde la ciudad de Omemee, hasta el icónico
Massey Hall en el centro de la localidad de Toronto, donde ofreció los dos últimos conciertos de su gira mundial en solitario, celebrados en la intimidad.
Durante este trayecto,
Neil Young relató al cineasta algunas de las historias más curiosas, íntimas y reveladoras de su juventud, anécdotas que el director combinó con la música del mito del rock, incluyendo actuaciones en directo del disco de 2010 "Le Noise", versiones de clásicos como "Ohio", "Hey Hey, My My" o "I Believe In You" y las canciones inéditas "Leia" y "You Never Call".
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=UrtGaD9UwBk[/youtube]
Además, este DVD también incluye material extra como el "Viaje a Slamdance: Una conversación con Neil Young y Jonathan Demme", "92Y habla con Neil Young y Jonathan Demme" y "Así se hizo Journeys".
Con "Neil Young Journeys" se completa la trilogía que
Demme inició en 2006 con "Neil Young, Heart Of Gold y siguió en 2010 con "Neil Young Trunk Show".
10 motivos por los que admirar a Neil Young- Porque fue, si no el primero, de los pioneros en reírse del playback en televisión en 1967. En mitad de una actuación con
Buffalo Springfield en la que hacían el paripé mientras sonaba "For What It’s Worth", no tiene ningún reparo en levantar las manos de las cuerdas de su guitarra. El imponente atuendo y que le quite la gorra con el mástil de la guitarra a
Dewey Martin, el batería, son minipuntos adicionales.
- Porque es el gurú rockero de lo rural. Se compró un rancho con 25 años en medio de California y sigue viviendo allí, alejado del ruido que genera lo urbano con total indiferencia hacia lo que que ocurre en la industria musical y con total sensibilidad hacia lo que ocurre en la música y en la sociedad que le rodea. Además, organiza junto a
Willie Nelson y
John Mellencamp el
Farm Aid, un festival benéfico anual que recauda fondos para los granjeros con problemas para mantener sus explotaciones.
- Porque su integridad y el hecho de tener la hipoteca del rancho pagada le han permitido ciertas licencias que lo alejan de lo convencional. En la década de los 80 sacó tres álbumes ("Re-ac-tor", "Trans" y "Everybody’s Rockin’") tan difíciles de digerir para sus fans que
David Geffen, el dueño del sello que los editaba, le llevó a los tribunales por hacer algo así como “música poco representativa de sí mismo”. A
Geffen solo le importaba que las ventas fueron desastrosas, claro. Como contaba el propio
Young, lo de las ventas es algo que le importaba entre poco y muy poco.
- Porque a pesar de abrazarse a sonidos clásicos y analógicos, cree que la tecnología bien desarrollada puede hacer de la música de siempre algo mejor. Por eso, está intentando desarrollar
Pono, un sistema compuesto por un formato de audio digital, un reproductor de esos formatos y una plataforma de distribución musical que quieren que el sonido portátil sea de la mayor calidad posible. Puede que muera en el intento, pero
Young siempre hizo lo que tenía que hacer.
- Porque cuando no hace música,
Young se entretiene ideando sistemas de control accesibles para discapacitados para los trenes eléctricos
Lionel, de los que es copropietario.
- Porque con 67 años unos puede ser ecologista, antimilitarista, activista político en pos del empoderamiento ciudadano y que no se le caigan los anillos por ello.
- Porque es el padre más molón del
Bridge School, la organización educativa que ayuda a niños que, como dos de sus hijos -que tienen parálisis cerebral- sufren serios problemas de discapacidad física y comunicación verbal. Al
Bridge School Benefit, el concierto que organiza para recaudar fondos, ya han ido músicos y bandas como
Elvis Costello,
Pearl Jam,
Sonic Youth,
Tom Petty,
Beck,
Bruce Springsteen,
Metallica,
Lou Reed,
The Smashing Pumpkins,
Green Day,
The Who,
R.E.M.,
Foo Fighters,
Red Hot Chili Peppers,
Ben Harper,
Wilco o
Paul McCartney. No hay nada tan guay como que papi frecuente ciertas compañías, ¿eh?
- Porque es capaz de captar y expresar la esencia de la indefensión humana con una delicadeza capaz de atravesar cualquier coraza. Porque esa versión tiene más de espiritual, místico e introspectivo que cualquier ceremonia o ritual religioso, sea cual sea su confesión.
- Porque le diagnosticaron un aneurisma, se fue a grabar un disco a Memphis, se operó después y casi muere. Porque al poco de casi morir, fue su padre el que murió y aún así se fue grabar este concierto con
Jonathan Demme. El compromiso que uno contrae con su guitarra está por encima de las atenciones que uno se presta a sí mismo.
- Porque, a pesar de ser feo, epiléptico, diabético, tener el pelo estropajoso, haber superado ese aneurisma, tener una voz nada acorde a los cánones, dos hijos con parálisis cerebral y otro epiléptico cuyos cuidados le hacen la vida un poco más dura -aunque a él no le guste decirlo así-, el viejo e incansable
Neil sigue queriendo rockear en un mundo libre.
DiscografíaCon Buffalo SpringfieldBuffalo Springfield (1966)
Buffalo Springfield Again (1967)
Last Time Around (1968)
Con Crosby, Stills y NashDéjà Vu (1970)
4 Way Street (1971)
American Dream (1988)
Looking Forward (1999)
Déjà Vu Live (2008)
Con The Stills-Young BandLong May You Run (1976)
En solitarioNeil Young (1968)
Everybody Knows This Is Nowhere (1969)
After the Gold Rush (1970)
Harvest (1972)
Journey Through the Past (1972)
Time Fades Away (1973)
On the Beach (1974)
Zuma (1975)
Tonight's the Night (1976)
American Stars 'N Bars (1977)
Comes a Time (1978)
Rust Never Sleeps (1979)
Live Rust (1979)
Hawks & Doves (1980)
Re-ac-tor (1981)
Trans (1982)
Everybody's Rockin' (1983)
Old Ways (1985)
Landing on Water (1986)
Life (1987)
This Note's for You (1988)
Freedom (1989)
Ragged Glory (1990)
Weld (1991)
Harvest Moon (1992)
Unplugged (1993)
Sleeps with Angels (1994)
Mirror Ball (1995)
Dead Man (1996)
Broken Arrow (1996)
Year of the Horse (1997)
Silver & Gold (2000)
Road Rock Vol. 1 (2000)
Are You Passionate? (2002)
Greendale (2003)
Prairie Wind (2005)
Living with War (2006)
Chrome Dreams II (2007)
Fork in the Road (2009)
Le Noise (2010)
Americana (2012)
Psychedelic Pill (2012)
Fuentes: sysvisions.com, musicadefondo.wordpress.com, labutaca.net, otrastardes.com, etikmagazine.es, yorokobu.es y Wikipedia